Moldova en camino a la igualdad.
Tras la última reforma constitucional en abril de este año, donde el Partido Florista Satánico fue nuevamente incluido dentro de los márgenes legales, el marginalizado grupo de hippies del infierno una vez más vuelve al maquiavélico escenario de la política humorística tras 50 años de exclusión como una considerable fuerza en oposición psicodélica al gobierno. ¿La razón? El cerebro de Henry Ford, presidente de la nación desde 1991, explicó a los medios que “no porque sean rojos y lancen fuego por los ojos los debemos discriminar y excluir”.
Luego de ocho años de promulgación de la “Ley de Igualdad Acida-Infernal”, los coloridos vasallos del mal lograron en las elecciones parlamentarias del pasado lunes un tercio de la cámara baja. Las celebraciones no se hicieron esperar y las llamas eternas de la purificación fueron usadas frente al edificio del ministerio de agricultura recreacional, en señal de agradecimiento al eterno espíritu revolucionario de Harry Gibson.
Al otro lado de la vereda (literalmente, ya que es un parlamento al aire libre) la sobria oposición sigue en desacuerdo con los nombramientos, “No queremos ver que del parlamento salgan arcoíris ni que las criticas sean exorcizadas. Las acciones de estos alegres grupos revolucionarios son un atentado en contra de la libertad individual emocional”. Al finalizar la jornada, el partido de mimos terminó gritando violentas consignas mudas en contra de los hippies.
El dirigente hippie Astaroth Hendrix se pronunció al respecto, “Les llenaremos los vasos de sus cenas de marihuana y LSD y todos serán felices, haremos puentes de arena en el cielo con ellos e invadiremos sus corazones con libros de Jorge Luis Borges”.
Los caballos cacarearon, los pájaros hicieron cosas de aves y el señor conejo psicodélico hizo las paces con el Diablo.
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